martes, 23 de noviembre de 2010

HIPÓTESIS REPRESIVA Y BIOPODER DE M. FOUCAULT

A partir de sus estudios en torno a la historia de la sexualidad, MICHAEL FOUCAULT estableció dos nociones en extremo vínculadas: el "biopoder" y la "hipótesis represiva".

En cuanto al "biopoder", se debe entender, por una parte, en relación directa con los temas y problemas que plantea el evolucionismo y sus derivaciones (teoría de la degeneración, eugenesia y otros similares de índole biológico) y el surgimiento de los modernos racismos biológico y de Estado. Por otra parte, debe destacarse su vinculación con una genealogía de las ideas y las prácticas sobre la sexualidad.

La perspectiva sostenida por la “hipótesis represiva”, considera que el poder es un mero instrumento represivo cuya función sería obstaculizar o distorsionar la verdad, así, FOUCAULT despliega una interpretación alternativa de las relaciones entre poder, sexo y verdad, en el curso de la cual introduce el tema de la biopolítica y del biopoder.  Éste último se constituiría como poder sobre la vida (por ejemplo las políticas de sexualidad), pero también como poder sobre la muerte (el racismo moderno). Se trataría, en última instancia, de la estatización de la vida, considerada en términos biológicos.

La biopolítica, por su parte, designaría aquello que “hace entrar a la vida y sus mecanismos en el dominio de los cálculos explícitos y convierte al poder-saber en un agente de transformación de la vida humana” . EDGARDO CASTRO, en su interpretación de la teoría de FOUCAULT, sintetiza claramente: “Hay que entender por biopolítica la manera en que, a partir del siglo XVIII, se buscó racionalizar los problemas planteados a la práctica gubernamental por los fenómenos propios de un conjunto de vivientes en cuanto población: salud, higiene, natalidad, longevidad, raza”.

Según FOUCAULT, el “derecho de espada”, significa el poder del soberano sobre la vida y muerte de sus súbditos, y habría comenzado a ser desplazado hacia los siglos XVII y XVIII, por un poder que se ejerce positivamente sobre la vida, que procura administrarla, mantenerla y multiplicarla y despliega sobre ella controles y regulaciones. De esta manera, el derecho soberano de hacer morir o dejar vivir habría sido sucedido por un poder de hacer vivir y dejar morir.

El cambio de paradigma propuesto por FOUCAULT en tanto el "derecho de espada", reconfirgura la intervención estatal en la regulación y control "biológico" del ciudadano, y con ello se arroga la máxima de las atribuciones; es decir, "hacer vivir y dejar morir"; la pregunta clave entonces, desde luego para la reflexión es: ¿cómo hace vivir y cómo deja morir el Estado?, las ímplicaciones ciertamente son, más allá de aspectos filosóficos, jurídicos o metafísicos, ya que son "cuasidivinas" y ello, se antoja, propio de un Estado totalitario. Es cuanto.

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