martes, 23 de noviembre de 2010

QUINCOAGÉSIMO: GRAN SATISFACCIÓN

Este espacio, el número cincuenta, lo dedicaré a realizar un recuento en dos vertientes: 1. en cuanto al curso, y 2. en tanto al desempeño del Maestro FEDERICO ARCE, desde luego con tanta objetividad personal como me sea posible.

1. Preciso en primer orden, que al principo de la clase me desconcerté un tanto, ello en virtud de haber cursado Teoría Jurídica Contemporánea I con quien para mi, es y será referente, me refiero a mi admirado maestro Dr. ROLANDO TAMAYO Y SALMORÁN. La metodología de dicho jurista y la forma de abordar los temas que impartió (pasando por la Iliada, Assimov, Gilgamesh y otros), desde luego nada tienen que ver con lo visto en TJC II; empero, asumí (erróneamente) que los contenidos en el segundo curso tendrían "cierto continuismo" o por lo menos alguna afinidad, craso error. Una vez entonces que mis neuronas y mi disco duro (hipotálamo) se acomodaron unas y se receteó el otro, empecé a ver el panorama completo.

La grata sorpresa fue entonces, percatarme del método epistemológico empleado por ARCE, quien ha estructurado su cátedra de una forma sintética pero perfectamente hilvanada, y para ello, transitó por tres ejes basales.

El primero fue posicionarnos en las primigenias y atávicas construcciones de los cimientos del derecho, acudiendo a los albores mismos de las "protocomunidades " y, a partir de "Nugudu", empezar a "levantar" los conceptos que, fundados en nociones como el miedo, el tabú el mito y más, ya tenían dejos de algo perecido a un control social que daba cohesión y sentido de pertenenencia.

Algunas películas después (por cierto muy acertadas en tanto los temas y alguna vuelta a "chapul" para ver el regalo totémico de Canadá), el maestro llegó a la modernidad, y con ello al surgimiento de los primeros sistemas jurídicos y la consolidación del Estado-nación, con todas sus implicaciones como la secularización, la religación, la sustitución del rey por el jefe de Estado y, en consecuencia, la eclosión  de la teoría jurídica occidental.

Para cerrar la cátedra, llegamos a buen puerto (la verdad no sé si sea "buen", debido a ciertas crisis que parecen cataclismos verdad, pero eso es doctrinario, bueno, no siempre), la posmodernidad, donde la demiurgia del derecho y su "ductibilidad" han sido la plataforma para la conformación de entelequias que han cambiado el rumbo del mundo "posmoderno" por lo menos en occidente, desde luego me refiero a construcciones complejas como la globalización, imperio, mercados rectores y emergentes, capitalismo en su más pura expresión, vigilancia extrema (jerarquizadora dice FOUCAULT), fronteras virtuales y no tanto, las redes sociales (estás en facebook?), derrumbamiento de muros (sistemas), cambio de paradigmas y más que en obvio de espacio no cito.

En ese andar, se tocaron teorías que, por lo menos para mí son torales en mi construcción jurídica e inherentes al tema en el que ha trabajado hace ya más de veinte años, desde luego son el biopoder y la biopolítica.

En esta primera parte, para no perder la costumbre, la pregunta es ¿así, o más teorías; así o más contemporáneas?

2. En esta segunda parte, seré escueto pero contundente, pero primero hago la siguiente aclaración (no pedida por cierto) mi formación personal y profesional están enfrentadas a muerte con la lisonja, el carabaneo y demás terminazgos inherentes a la adulación fatua (perene en muchos ámbitos por desgracia), lo que me caracteriza entonces, para reseñar una actitud o una capacidad, es la objetividad, la parquedad y la sobriedad y así, bajo éstos últimos conceptos, asiento mi más sincero agradecimiento a mi maestro FEDERICO ARCE, por haberme dejado transitar en su construcción conceptual tan acabada, clara y congruente.

ES CUANTO.

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