lunes, 22 de noviembre de 2010

LA VIGILANCIA JERÁRQUICA

Antes de arribar a la teoría de la biopolítica, MICHAEL FOUCAULT, ya había desarrollado otras nociones del control y la disciplina, una de ellas es la vigilancia jerárquica, que en esencia se describe bajo los siguientes parámetros:

El ejercicio de la disciplina supone un dispositivo que coacciona mediante el juego de la mirada. Eso es un aparato en el que las técnicas que permiten ver inducen afectos de poder y donde a cambio, los medios de coerción hacen claramente visibles aquellos sobre los que se aplican. En ese esquema, la cornformación de esas técnicas  han construido "observatorios" de la multiplicidad humana. Éstos tienen un modelo casi ideal, los campamentos militares, ya que la vigilancia debe ser extrema cuando se ejerce en hombres armados, por ello, cada mirada sería una "pieza en el fundamento global del poder". El aparato "observador" tiene que ver entonces con la geometría de los edificios, la cuadrícula de las avenidas y establece compartimientos estancos en los edificios.

El aparato disciplinario perfecto permitiría verlo todo permanentemente con una sola mirada. El propio sistema que surge a partir de los observatorios, hace resistir a todo el conjunto, y lo atraviesa por completo por los efectos de poder que se apoyan unos sobre otros (vigilantes perpetuamente vigilados).

La estructura toral de este esquema, es que "el poder en la vigilancia jerarquizada de las disciplinas no se detiene como se detiene una cosa, no se transfiere como una propiedad, funciona como una maquinaria". Y si es cierto que su organización piramidal le da un jefe, es el aparto entero el que produce poder y distribuye a los individuos en ese campo permanente y contínuo.

La visión del autor, la relaciono con la Teoría de los Sistemas de N. LUHMANN, únicamente en cuanto a que "el aparato produce y distrubuye poder a los individuos", ya que me transmite la noción de la autopoiesis de los sistemas, a los que el hombre les es ajeno.

Por otra parte, el aparato "observador" y los vigilantes perpetuamente vigilados, tiene raíces profundas y vigentes en los aspectos no sólo de control y disciplina como tal, sino en la depauperación de la condición humana que, al parecer su propia condición no le permite una adecuado desarrollo sin estar constantemente vigilada, ello va más allá, por ejemplo del sentido de obediencia predicado por AUSTIN o de la cesión de libertades del contrato social; o a caso el Estado toma consenso para instalar cámaras de vigilancia que se reproducen por doquier y, la paradoja, tales sistemas no dan la percepción de seguridad pero si de intromisión; sin embargo, coincido con FOUCAULT; el ser humano para sentirse "libre" necesita estar "observado". Es cuanto.

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